Dieta en
trasplante renal
La
realización del trasplante renal trae consigo la eliminación de la
sintomatología de la enfermedad renal crónica y libera al paciente de muchas
restricciones restricciones en la alimentación que tenían previamente cuando se
encontrabajn en diálisis peritoneal o hemodiálisis (o prediálisis). Aun así
conviene conservar una dieta cardiosaludable y evitar la
sobrealimentación para evitar la obesidad, la hipertensión o los trastornos
de los lípidos (colesterol-triglicéridos).
Por
los efectos del tratamiento inmunosupresor (tacrolimus, sirolimus, everolimus,
acido micofenolico) se recomienda evitar alimentos fácilmente contaminables
como la leche fresca y sus derivados, frutas dañadas o sin pelar o comidas que
lleven tiempo mucho tiempo de haber sido cocinadas.
Durante las primeras semanas
después del trasplante, algunos pacientes tienen problemas para comer debido a
la pérdida del apetito, sintiéndose llenos o con náusea, o porque tienen
cambios en el gusto. Esto es bastante común y se resolverá al pasar el tiempo
mientras que los pacientes se recuperan y la actividad aumenta.
La
dieta debe de ser variada, rica en fibra para evitar el estreñimiento. La
ingesta de grasas de origen animal debe de ser moderada. Como regla general se
recomienda seguir las siguientes recomendaciones:
▪ Evitar los alimentos ricos en sal, como
embutidos (salchicha, jamón) y conservas.
▪ Tomar leche y derivados desnatados.
▪ Limitar el consumo de huevos a dos o tres a
la semana.
▪ Utilizar el aceite de oliva o aceite de
coco como grasa de elección.
▪ Restringir los alimentos fritos. Mejor
hervidos o a la plancha.
▪ Moderar el consumo de proteínas de origen
animal.
▪ Evitar el consumo excesivo de dulces.
▪ No condimentar los alimentos con
picantes o especies irritantes.
▪ Limitar la ingesta de café y alcohol.