Las recomendaciones de una vida saludable, una dieta adecuada y ejercicio
físico regular, son unas de las principales recomendaciones de los médicos para
evitar enfermedades. Sin embargo, podría padecer una enfermedad del riñón si
uno abusa del ejercicio, una condición clínica denominada rabdomiólisis; de ahí, que todo en exceso es malo.
Nefrólogos, alrededor del mundo, han descubierto que el hacer ejercicio en exceso está
provocando insuficiencia renal tanto aguda como crónica en poblaciones jóvenes,
principalmente el levantamiento de pesas.
La rabdomiólisis
es una afección caracterizada por la lesión de las células musculares que
desencadenan una serie de alteraciones orgánicas que ponen en riesgo la vida.
Puede suceder por causas hereditarias, pero también es importante saber que
puede desarrollarse por ejercicio intenso
y excesivo.
Para prevenir
el desarrollo de la rabdomiólisis se requiere la realización de ejercicios físicos
controlados y en condiciones adecuadas.
La
rabdomiólisis se inicia por la lesión muscular con daño celular, lo cual
ocasiona la liberación de su contenido al torrente sanguíneo, mientras que los
elementos extracelulares ingresan al músculo. Así, el potasio, el magnesio el
fósforo y el pigmento proteínico llamado mioglobina salen del músculo para
alcanzar la sangre y su metabolización puede ocasionar grandes daños renales.
Además,
los músculos no se encuentran en situación normal y ésto ocasiona síntomas muy diversos
que pueden ir desde el dolor muscular, la rigidez y calambres,
hasta el malestar general, debilidad muscular y signos de deshidratación.
También
puede presentarse fatiga, fiebre, dolor articular, hinchazón muscular y náuseas
o vómitos. Si bien los síntomas pueden ser de escasa gravedad, las
complicaciones más frecuentes pueden poner en riesgo la vida, como son la insuficiencia
renal y las alteraciones cardíacas.
Es una
enfermedad que si bien afecta generalmente a pacientes con factores genéticos
que predisponen a la misma, muchos deportistas pueden padecerla en su
forma menos grave a causa de los esfuerzos físicos excesivamente intensos, por
ejemplo, al entrenar con pesas o en corredores de maratón, a los cuales afecta
sobre todo, en pantorrillas y espalda.
El ejercicio
excesivo no sólo lesiona la estructura celular sino que vacía sus depósitos
energéticos y altera el transporte celular, lo cual puede provocar la retención
de calcio que activa las enzimas proteolíticas que destruyen las células y así,
se inicia las alteraciones antes dichas.
Realizar
actividad física de manera regular y en condiciones adecuadas, reduce el riesgo
de desarrollar rabdomiólisis, pero si no se realiza con previo calentamiento,
no se reponen las pérdidas adecuadamente o se realiza en exceso, puede
desencadenarse la enfermedad.
Por
eso, para prevenir este síndrome a causa del entrenamiento, es importante
ejercitarse con regularidad, con técnicas adecuadas, con una intensidad
que se incrementa gradualmente y a un ritmo que permita la recuperación
muscular tras el esfuerzo. Asimismo, ingerir líquidos y reponer las
pérdidas de electrolitos es indispensable para evitar su aparición.
Lo que
repetimos muchas veces acerca de las condiciones de entrenamiento, no sólo
puede evitar dolores o calambres, sino que puede prevenir una enfermedad mucho
más severa y riesgosa como es la rabdomiólisis y la insuficiencia renal aguda.
Entonces,
disfrutemos de los beneficios del ejercicio físico, realizándolo de forma
segura y bajo condiciones adecuadas.
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