31 de marzo de 2016

Cómo funcionan los riñones

Piense en sus riñones, como una planta de tratamiento de residuos complejos para su cuerpo. A medida que usted come y bebe, el cuerpo toma lo que necesita para obtener energía, nutrientes y repararse a sí mismo. Todo lo que no utiliza se convierte en residuos que terminan en el torrente sanguíneo. Los riñones filtran estas “sobras” y el agua de la sangre. El trabajo elemental de los riñones es mantener un balance interno de agua y químicos. Esto se denomina homeostasis.

Los riñones son maestros en la eliminación de desechos
1. Los riñones contienen un millón de pequeños centros de filtración llamadas nefronas.
2. Dentro de cada nefrona se encuentra un glomérulo, un filtro especial que mantiene las células de la sangre y las sustancias necesarias adentro, y sacan el exceso de líquidos y los desechos. Con cada latido del corazón, se transporta la sangre por todo el cuerpo.
3. La sangre ingresa al riñón a través de la arteria renal.
4. Los riñones filtran el exceso de líquidos y desechos.  Se forma la orina gota a gota. La orina viaja a la vejiga a través de un tubo llamado uréter. Se elimina de su cuerpo a través de la micción. Los riñones sanos limpian la sangre las 24 horas del día y filtran alrededor de 2 litros de exceso de líquido y desechos todos los días.

El papel de los riñones con respecto a las hormonas
Las hormonas son sustancias producidas en una parte del cuerpo que actúan en otra parte de este. Los riñones producen y liberan hormonas que controlan la presión arterial y otras funciones. 
Los riñones producen y liberan tres hormonas:

  1.    La renina ayuda a controlar la presión arterial y regula la cantidad de sodio (sal) y líquido que el cuerpo guarda.
  2.      La eritropoyetina le ordena a la médula ósea que produzca glóbulos rojos nuevos.
  3.     El calcitriol es la forma activa de la vitamina D  que ayuda al cuerpo a absorber el calcio de los alimentos. 
  4.     La generación y la liberación de hormonas es otra forma importante  en la cual los riñones trabajan para mantener su cuerpo sano y funcionando.

30 de marzo de 2016

Vacunas y Diálisis ..... Lo que debe saber

Las vacunas lo protegen de enfermedades graves; por lo tanto, son una parte importante de su atención médica. Este folleto educativo le ayudará a responder algunas preguntas que pudiera tener sobre las vacunas para las personas que se someten a diálisis.


¿Por qué necesito vacunas?

Las vacunas ayudan a proteger a las personas de enfermedades causadas por infecciones de ciertos gérmenes (virus o bacterias). Algunas enfermedades comunes son la gripe (o influenza), la hepatitis B, el tétanos y el neumococo, entre otras. Varias de estas enfermedades pueden ser muy perjudiciales y causar la muerte. Las personas que tienen estas enfermedades pueden contagiarlas y enfermar a otros, por eso las vacunas también pueden ayudar a proteger a los demás. Ciertas personas tienen mayor probabilidad de enfermarse gravemente por estas enfermedades y, por eso, ellas en particular necesitan protección. Entre ellas se incluyen personas de edad avanzada, niños y personas que padecen enfermedades crónicas, como aquellas sometidas a diálisis.

¿Necesito vacunas si me someto a diálisis?
Sí. El sistema inmunitario del cuerpo lo protege de infecciones. Sin embargo, las personas que se realizan diálisis pueden tener sistemas inmunitarios más débiles, lo que dificulta aún más combatir las infecciones. Las personas sometidas a diálisis tienen mayores probabilidades de contraer una infección y, además, existen mayores probabilidades de que esa infección se agrave. Por lo tanto, las vacunas son una parte importante de la atención médica para las personas que se someten a diálisis.

¿Cómo funcionan las vacunas?
Las vacunas generalmente se administran mediante una inyección (una inyección con una aguja pequeña). Lo protegen al ayudar al sistema inmunitario del cuerpo a prepararse para una infección real. Para ello, las vacunas contienen partes de un germen muerto o debilitado. Una vez que recibe la vacuna, el cuerpo produce anticuerpos que ayudan a detectar y eliminar esos gérmenes. Si usted entra en contacto con el germen real, estos anticuerpos lo protegerán. Algunas vacunas necesitan una dosis de refuerzo para ayudar al sistema inmunitario del cuerpo a producir suficientes anticuerpos. Es por esto que algunas vacunas pueden necesitar una sola inyección y otras pueden requerir más de una. En algunos casos, se realiza una prueba de sangre para asegurarse de que haya suficientes anticuerpos para su protección.

¿Las vacunas son seguras?
Las vacunas se encuentran entre los tratamientos más seguros disponibles. Han protegido a millones de personas de enfermedades graves.

Como sucede con cualquier medicamento, existen algunos posibles efectos secundarios. Algunas personas pueden sentir una molestia leve. Podría sentir algo de dolor o tener una erupción leve en la piel en el lugar donde se aplicó la inyección. Otras personas pueden sufrir fiebre leve. Sin embargo, estos efectos leves son normales y no deberían alarmarlo.
Algunas personas no deberían recibir vacunas, como aquellas que son alérgicas a las vacunas o las que tienen un sistema inmunitario hiperactivo. Además, las mujeres que están embarazadas, las personas con trasplante de riñón o aquellas que tienen un sistema inmunitario menos activo no deberían recibir ciertas vacunas.

A algunas personas les preocupa que las vacunas causen autismo. Sin embargo, múltiples estudios demuestran que no hay una conexión entre recibir una vacuna y desarrollar autismo.
El posible daño causado por las vacunas es muy leve. El posible daño causado por una infección es mucho mayor. Tal como sucede con cualquier medicamento, hable con su proveedor de atención médica sobre cualquier pregunta o inquietud que tenga sobre las vacunas.

¿Qué vacunas necesito y cuándo las necesito?
Para las personas que se someten a diálisis se recomiendan las vacunas contra la gripe (o influenza), contra la hepatitis B, contra el neumococo y la Tdap (tétanos, difteria, tos ferina), entre otras. Es posible que necesite una inyección para protegerlo de por vida. Otras vacunas podrían requerir más de una inyección para crear una buena protección.

Gripe
La vacuna contra la gripe (o influenza) se conoce generalmente como “vacuna antigripal”. Se debe administrar una vez al año, generalmente en otoño antes de que comience la temporada de la gripe. La vacuna antigripal ayuda a prevenir la infección causada por el virus de la gripe. Los síntomas de la gripe pueden incluir dolores de cabeza, dolores corporales, fiebre alta, dolor de garganta, cansancio y goteo nasal. La gripe se puede transmitir de persona a persona mediante el contacto casual. Una infección gripal puede ser muy grave para las personas que tienen un sistema inmunitario más débil. Las personas que se someten a diálisis tienen una mayor probabilidad de contraer gripe y, por eso, es muy importante la vacunación anual.

Hepatitis B
La vacuna contra la hepatitis B ayuda a proteger de una infección del virus de la hepatitis B (también conocido como HBV). El virus de la hepatitis B ataca el hígado. Los síntomas de la hepatitis B pueden incluir pérdida de apetito, náuseas o vómitos, fiebre, cansancio extremo o dolor de estómago o de las articulaciones. Algunos de estos síntomas son similares a los de la gripe. Sin embargo, la hepatitis B también puede causar una coloración amarillenta de la piel o de los ojos. Un análisis de sangre puede ayudar a comprobar si tiene hepatitis B. Una infección por hepatitis B puede causar insuficiencia hepática o cáncer de hígado. Algunas personas (llamadas “portadoras”) con hepatitis B no tienen síntomas, pero aún así pueden contagiar a otras personas. La hepatitis B no se puede contagiar de persona a persona por el contacto casual; por lo tanto, no se puede transmitir por dar un abrazo o darse la mano. Se transmite a través del contacto directo con la sangre de una persona infectada.

La probabilidad de contraer hepatitis B a través del tratamiento de diálisis es baja debido a las estrictas medidas de control de infección en las unidades de diálisis y a la disponibilidad de la vacuna contra la hepatitis B. Sin embargo, las personas que se realizan diálisis aún deben recibir la vacuna. Por lo general, a las personas se les administran 3 inyecciones para crear una protección contra el virus de la hepatitis B. Sin embargo, es posible que las personas que se someten a diálisis necesiten más vacunas o una dosis más alta para desarrollar suficiente protección. Consulte a su proveedor de atención médica sobre las dosis y el momento en que debe aplicarse las vacunas.

Neumococo
La vacuna antineumocócica ayuda a proteger de la infección causada por la bacteria del neumococo. Existen dos tipos de vacuna antineumocócica: la PPSV23 y la PCV13. Las personas que se someten a diálisis deben recibir ambas vacunas.

La bacteria del neumococo puede infectar varias partes del cuerpo. Si infecta los pulmones, causa neumonía. Si ingresa en el torrente sanguíneo, puede causar septicemia, lo que produce un flujo sanguíneo bajo y daño en los órganos. La bacteria del neumococo puede infectar el revestimiento del corazón. También puede atacar el sistema nervioso y causar meningitis. Estas infecciones son muy graves y pueden causar la muerte. Debido a que se pueden infectar diferentes partes del cuerpo, los síntomas pueden variar de una persona a otra y pueden aparecer muy de repente y sin advertencia. Dependiendo de si la infección causa neumonía, septicemia o meningitis, las personas pueden sentir una combinación de estos síntomas: fiebre, temblores/escalofríos, tos, falta de aliento, dolor en el pecho, rigidez en el cuello o desorientación.

Algunas personas tienen mayor probabilidad de contraer una infección por neumococo, incluidas las personas muy jóvenes y las de 65 años o más. Las personas que se someten a diálisis también tienen mayores probabilidades. Según la vacuna y la persona, se pueden necesitar entre  1 o 2 inyecciones, seguidas de un refuerzo a los 5 años. Consulte a su proveedor de atención médica sobre el momento en que debe aplicarse las vacunas y los plazos entre ellas.

Tdap (tétanos, difteria y tos ferina)
La vacuna Tdap puede proteger de infecciones causadas por tres tipos diferentes de gérmenes (bacterias): tétanos, difteria y tos ferina. La difteria y la tos ferina se transmiten de persona a persona a través del contacto casual. Las personas pueden contraer tétanos por cortes, raspaduras, punciones u otras heridas.

La difteria es poco común, pero puede ser una infección grave de la nariz y la garganta. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor de garganta, debilitamiento o inflamación de las glándulas. Una señal de advertencia de la difteria es un recubrimiento grueso en la parte posterior de la garganta, que dificulta la respiración. La difteria también puede derivar en parálisis o insuficiencia cardíaca.

La tos ferina también se conoce como tos convulsa. Los síntomas pueden incluir congestión, goteo nasal, fiebre, ojos llorosos y tos. La tos ferina puede causar ataques de tos que dificultan respirar o dormir. También puede producir vómitos y pérdida de peso. Es posible que una persona que tenga tos ferina deba estar en el hospital.

El tétanos, también conocido como pasmo, es poco común actualmente en los Estados Unidos. Los síntomas pueden incluir rigidez muscular dolorosa y generalmente se siente en todo el cuerpo. El tétanos se conoce como “pasmo” porque los músculos de la cabeza y del cuello se pueden tornar rígidos. Esto dificulta abrir la boca, tragar o incluso respirar.

Para protegerlos contra estas tres enfermedades, la mayoría de los niños reciben 5 inyecciones entre los 2 meses y los 6 años de edad. Si la vacunación no se realiza durante la primera infancia, se administra una dosis de la vacuna Tdap a los 11 o 12 años de edad. Se debe administrar un refuerzo para el tétanos y la difteria (Td) cada 10 años. Las personas que se someten a diálisis deben recibir la vacuna Tdap y el refuerzo Td para protegerse de estas enfermedades.



24 de marzo de 2016

Cuidados de su acceso Vascular para Hemodiálisis

El acceso vascular es el medio para conducir sangre y así poder llevar a cabo su Hemodiálisis.


Para permitir que la sangre fluya desde usted hacia el dializador y de regreso nuevamente a usted ya procesada, es necesario contar con un vaso sanguíneo grande y con  buen flujo de sangre. Para esto, se construye y/o instala un Acceso Vascular  mediante una cirugía en su brazo, pierna o cuello.

La elección del Acceso Vascular es una decisión que tanto usted como su médico deberán tomar al comienzo del tratamiento.

Existen dos tipos de accesos Vasculares:
  1. ·      Temporales : Catéteres
  2. ·      Permanentes: Fístula AV o injerto


El catéter generalmente es instalado en una vena yugular  en el cuello, este procedimiento lo realiza el  nefrólogo. La fístula AV o injerto se instalan en el brazo o pierna, y es un procedimiento que realiza un angiólogo.

¿Qué es una fístula  AV?

Una fístula Arteriovenosa FAV es una conexión quirúrgica  entre  una arteria y una vena, generalmente en el brazo. La sangre arterial fluye a través de las venas y hace que éstas se vuelvan más grandes.


Una vena más grande puede proporcionar  un mayor flujo de sangre, indispensable para la Hemodiálisis. Para construir una fístula, sele practica una cirugía, en la mayoría de los casos ambulatoria y con anestesia local.

Se le llama maduración al tiempo requerido para que la fístula se vuelva suficientemente fuerte y grande para poder ser utilizada en hemodiálisis. En general este proceso lleva de 2 a 6 semanas. Su médico le orientará a realizar algunos ejercicios sencillos para ayudar a que la fístula madure.

Catéter Venoso central (Mahurkar- Permacath)

El catéter se inserta dentro de una vena de su cuello, tórax o raras veces en la pierna (cerca de la ingle). Posee dos tubos que permiten que la sangre fluya para su Hemodiálisis. Las líneas que conducen su sangre al dializador o filtro son conectadas al catéter. Los catéteres  requieren de una protección para cubrirlos. 

Es importante mantener limpia y seca la zona todo el tiempo. Esto significa que está permitido bañarse en regadera siempre y cuando se proteja la zona del catéter con algo impermeable al gua para que no se moje.

Los catéteres de hemodiálisis pueden utilizarse para el tratamiento de hemodiálisis inmediatamente después de haberse colocado.

Cuidados del acceso vascular
  • Cuando coloquen el acceso vascular para la hemodiálisis , el médico le explicara como manipularlo.
  • Recuerde que su acceso vascular le ayudará a seguir viviendo, es una parte muy importante de su tratamiento y debe recibir un cuidado muy especial. Los problemas de su acceso vascular, si no se tratan a tiempo, pueden provocar infecciones, coágulos y pérdida del mismo acceso.


¿Qué cuidados debo tener con mi catéter?
  • La mayoría de los catéteres para hemodiálisis se colocan en el cuello o en el pecho. Usted tendrá un parche en la parte externa (donde el catéter sale de la piel).
  • Si hay drenaje o secreción en el parche, puede significar que hay una infección. Avise de inmediato a su médico si esto sucede.
  • No debería haber enrojecimiento alrededor del parche en la zona de salida pues esto podría ser un signo de infección- Explique esta situación a su médico.
  • No debería sentir dolor cerca de la zona de salida.
  • Siempre debe asegurarse de que las pinzas de su catéter estén cerradas, aunque usted tenga tapados los extremos del catéter, las pinzas deben cerrarse para prevenir infecciones y pérdida de sangre.


¿Qué cuidados debo tener con mi fístula?
  • Vigile su fístula todos los días. Asegúrese de que no esté enrojecida, hinchado o con pus; esto podría indicar infección.
  • Sienta su fístula todos los días colocando sus dedos sobre la piel. Debería haber una sensación de vibración. Si usted dejar de sentir esta vibración, avise de inmediato a su médico, porque podría estar coagulada su fístula.
  • Su fístula no debería doler. Si el miembro donde se localiza su acceso (brazo, pierna, mano) está entumecido, puede significa que la sangre no está fluyendo como debería hacerlo.
  • No use nada que pueda apretar su fístula, como un reloj muy ajustado o ropa con elástico, y evite cargar cosas pesadas con ese brazo. El brazo donde está su fístula NUNCA deberá ser empleado para toma de presión arterial o para la obtención de muestras de sangre por punción. 




¿La hemodiálisis afecta la vida familiar?


No hay duda de que su vida cambia cuando usted comienza a recibir Hemodiálisis. La mayoría de los cambios serán fáciles de asimilar, algunas más rápido, otros más lentamente.


Habrá cambios que lo acerquen a sus familiares para ayudarlos a darse  cuenta de lo que realmente es importante para usted,  otros pueden causarle tensión y peleas.

Es importante  aprender el nuevo manejo del tiempo
El  hecho de tener que estar tres días o noches por semana en la unidad  para sus sesiones de Hemodiálisis, puede causarle problemas de honorarios, sobre todo su semana está llena de obligaciones.


Por supuesto, deberá adaptarse a aquellas actividades que no puede dejar de hacer, como ir al mandado, cocinar, limpiar o pagar las cuentas y más aún, en algunos casos asistir al trabajo.

En el caso de que tenga niños pequeños, es posible que necesiten ir a una guardería o a la escuela. Puede llevarle varias semanas coordinar todas las actividades  y hacer  que todo funcione dentro del núcleo familiar. Mientras tanto, quizá necesite pedir ayuda.

Durante el tiempo que usted se encuentra en tratamiento de Hemodiálisis, podría sufrir altibajos en su bienestar, particularmente si necesita eliminar mucho fluido como consecuencia de ingesta excesiva de agua.

Estos altibajos, pueden hacer que el tratamiento se torne más difícil, provocando que su nivel general  de energía esté por debajo de lo acostumbrado, en especial si usted no realiza ejercicio físico.


Por otra parte, la mayoría de los pacientes necesitan un tratamiento para la anemia, que puede incluir hierro intravenoso y eritropoyetina.


Si como consecuencia de alteraciones en su estado general, usted no puede seguir haciendo tareas que acostumbraba, alguien más tendrá que hacerlas; o bien, tal vez usted tenga que compartir algunas de esas tareas con los demás.